Níveo cono
de tránsito. Chocaron
miles de autos.
Linóleo de
la amalgama triste
de trompetazos.
Llora por mí, mi
querido enemigo;
siempre amé...
Fuimos santos
en el infierno. En
el cielo, no.
Jugaban a quererse. Esa era su mayor venganza.
En una mano llevaba el pastel. En la otra el veneno. Y en la otra un cuchillo.
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